Estos objetos personales son un reflejo de nuestros gustos o de nuestra forma de entender las cosas. Son objetos funcionales, decorativos, lúdicos., etc. que son de nuestro agrado, que nosotros hemos elegido y que utilizamos frecuentemente. No se escapan por supuesto a los avances de la innovación industrial.
A mediados del S XX hay dos objetos personales muy apreciados, especialmente por los hombres: los relojes de pulsera y los encendedores de cigarrillos, más conocidos como mecheros. El reloj, antes de bolsillo, hace tiempo que ha pasado a la muñeca. Pero ahora, en los años 60, la innovación industrial populariza los relojes automáticos a los que no se les da cuerda, ya que ellos mismos la cargan con un simple movimiento de la muñeca. Además llevan pulsera metálica en vez de correa de cuero. Posteriormente, en la década de los 70, aparecen los relojes digitales con maquinaria de cuarzo que funciona con una pila. También se apuntan los analógicos a esta tecnología. Los precios bajan en picado, es una revolución.
Los encendedores de los años 60 todavía tienen mecha de algodón, una piedra para hacer la chispa y se cargan con gasolina. Todos los fumadores tienen en casa un pequeño arsenal con estos elementos. Es en esta época cuando los fabricantes innovan esta tecnología y lanzan al mercado los encendedores de gas ¡líquido! recargables. Tienen que pasar unos años y en los ochenta los encendedores no utilizan piedra, tienen encendido piezoeléctrico. Y además aparecen los desechables, muy llamativos por su decoración y porque son de plástico transparente y se aprecia el gas líquido que almacenan.
Hay un sinnúmero de estos objetos personales: plumas estilográficas, carteras, bolsos, objetos relacionados con la cosmética, etc. Otros tienen relación con el mundo del trabajo y se contemplan en otro apartado de Ganbara. Pero todos ellos han experimentado grandes cambios, obra de la innovación y los nuevos diseños. La creación de todos estos objetos de diseño y fabricación industrial supone una sensible mejora en el desempeño de las tareas domésticas de mediados del siglo XX.