El trabajo en la cocina empieza a ser menos duro con la aparición de los primeros ingenios diseñados por la industria. Algunos de ellos de mediados del S. XX siguen en vigor aunque posteriormente hayan salido al mercado versiones más modernas de los mismos.
Batidoras, molinillos, abrelatas, exprimidores, cortadoras de lonchas, ralladores, picadoras de carne, peladoras de patatas, cafeteras, básculas y un largo etcétera vienen de muy antiguo, si bien en su primera versión funcionan todos manualmente.
Posteriormente aparecen estos utensilios con nuevos diseños. Esto comporta una mejor presencia estética, son objetos más bellos, pero sobre todo su funcionamiento es más cómodo. Los nuevos diseños industriales apuestan por el accionamiento eléctrico, la sencillez en el manejo y la facilidad de limpieza.
También aumenta el parque de utensilios: aparecen aparatos eléctricos de hacer fideos, tostadoras de pan, yogurteras, licuadoras de frutas y demás.
En definitiva la investigación que la industria realiza en el diseño y fabricación de mejores utensilios a buen precio, facilita en gran manera las tareas de la cocina.